domingo, noviembre 16, 2008

Imbalance: El primer disco de Wings of Icaro

Jose, mi amigo y mentor en Linux y la filosofía libre, hace unas semanas sacó por fin su disco de música electrónica Imbalance con el nombre artístico de Wings of Icaro. Lo publicó en Last.fm y en Jamendo. Para descargarlo pinchad en la carátula.

Tal vez no sea todo lo imparcial que merecería una crítica (aunque el arte para mí está impregnado de tanta subjetividad que esta posición se hace casi necesaria), pero después de escucharlo 4 o 5 veces y asimilarlo de cabo a rabo creo que es lo suficientemente bueno como para hacerlo. Es un disco muy ambiental, muy bueno para escucharlo en el mp3 durante una de esas tardes en las que te pateas la ciudad sin ir a ningún sitio en concreto. Muy currado, cada sonido ha sido calculado al milímetro durante horas y eso, no sé en qué, se nota en el resultado. Sentimental, con continuas referencias a la felicidad, la tristeza, la melancolía, la física más teórica... Comprometido con el medioambiente como se muestra en la canción Life Together. Por esto y todo lo demás, lo recomiendo a todo esta pandilla que me sigue al otro lado.

Mis más encarecidas felicidades por el disco. Gracias por hacernos un poquito más libres.

lunes, julio 14, 2008

Intelecto

Las aldabas temblaron de pánico tras la estela que dejaba mi prisa al abandonar la casa. Zigzagueaba frente a contenedores en calles estrechas, extenuaba a perros con mala uva, simulaba no tener interés a los repartidores de publicidad, entornaba la mirada cuando las pelusillas que escupían los árboles se acercaban, trotaba sobre los coches aparcados en pasos de cebra, invadía fuentes para limpiar mis zapatillas llenas de barro, compraba hielos para rebajar la inflación de mis tobillos recién torcidos, saltaba sobre mantas atiborradas de discos en la acera, hacia brincar las alcantarillas, tropezaba con un hombre de traje azul, era agarrado por hombres de traje azul, era detenido por hombres de traje azul.
---¿Qué haces corriendo?
---Llego tarde.
---¿Te importaría acompañarnos?
---Sí.
---¿Sabes que en tanto en la zona urbana como periurbana quedó prohibido correr en zonas no habilitadas para ello?
---No.
---Entonces, imagino, que tampoco sabrás que «el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento».
---¿Qué quiere decir con ese lenguaje tan arcaico? ¿Cuántas personas de las que hay aquí pueden entenderlo?
---Múlteme de una vez. Tengo prisa.
---De eso nada.
---¿Qué?
Me llevaron hasta el interior del supermercado Ahorro más cercano. «Solo personal autorizado». El pasillo oscuro conducía hasta una habitación en la que aguardaba un hombre con camisa a cuadros. Nos dejaron solos. Desenvolvió una piruleta y la chupó.
---Verás. Sé que lo que tengo que decirte no es moral. ni tan siquiera estoy de acuerdo, pero la ley...
---No entiendo nada.
---Las empresas como la nuestra perdían mucho dinero a causa de los pequeños hurtos que quedaban prácticamente impunes. Para suplirlo, teníamos que aumentar los precios de nuestro productos, lo cual les hacía perder poder adquisitivo a nuestros clientes. Para solucionarlo se decidió que todo aquel que estuviera corriendo cerca de algún gran centro de consumo o simplemente era sospechoso de haberlo hecho, fuera llevado solo a los supermercados Ahorro y se le extrajera todo el dinero y los objetos que llevase encima.
---No soy de aquí, pero me da la impresión de que acorta la libertad. ¿Es lícito robar a los que corren? ¿Esto soluciona el problema?
---Ah. Sí. Eso. Hace unos años se comenzaron a hacer leyes que solo unas ínfimas minorías comprendían... hasta hoy. Aquí la ética solo sirve para hacer poesía. El pueblo no legisla. Las leyes nos están superando. Y todo porque nadie quiso aplicar la ley. Porque no supieron buscar alternativas a su propia ineptitud. Lo ofensivo pasó a ser absurdo y lo absurdo pasó a ser ridículo y lo ridículo pasó a ser nuestra sentencia de muerte.
---Se me ocurren cientos de maneras menos nocivas para resolver el problema.
---Ante la diversidad de caracteres, lo que había que hacer era mantener la concordia, nada de enfadar al personal.
---Si hay alternativas, ¿por qué esta?
---Eso me explico yo. ¿Por qué solo a esta cadena de supermercados? ¿Por qué a la gente que menos tiene? ¿Será porque no necesitan comer? Quizá sea porque es lo que da dinero más fácil, lo que requiere menos imaginación. ¿Por qué el gobierno concede privilegios a unos pocos? Me dan ganas de enloquecer.
---Bueno, tome. Nueve botones, cuatro clics y dos hilillos ¡Ah! Y un montón de arena que tengo dentro de las zapatillas.
---Es lo que me obliga a vivir. No me gusta...
Salí de la habitación, tras la oscuridad, mis pupulas se contrajeron. Al recuperar la mirada, desperté, miré la bandeja de entrada y vi un correo de los señores de la SGAE. Si no gestionan literatura, ¿cómo diantres se imprimen estas letras sin arrastrarse ante la estupidez humana? No quisieron responder.

martes, abril 01, 2008

Hola mundo

Estimado compañero.

Quizá te estés enterando ahora que, en un descuido, conseguí crearme una cuenta de Blogger para poder expresar lo que me apetezca sobre ti o sobre el resto del mundo de la misma manera que lo haces tú.
Y en mi primer post te quería decir que esto que aquí cuentas son solo patochadas que no interesan a nada ni a nadie. Yo soy un cerebro y como tal, te tengo que advertir que relatos de cuatro o cinco folios no los lee seso que se precie, que tus cuentos están llenos de interjecciones y desvaríos que quieres que quieres disfrazar de densa literatura y no son otra cosa que pastillas como puños que ninguna persona humana puede tragar.
Relee cualquier fragmento y verás que la pestaña de descargas que estás preparando no la utilizará nadie. Todo es burdísimo retruécano, repetición, argumento circular que solo conduce a la idiotez del que los escribe. Que la poesía es solo para los que le no quieren sobrevivir.
Esmérate un poco y permíteme que decida yo por un momento. Abandona este barco antes de que te ahoges en la brea que vomitas por las sienes. Di "nunca" cuanto te refieras a la escribanía. Que no es mala la gangrena que solo en un dedo queda, que es más rápido amputar una falange que no cortarla en la base del cuello.
Huye sin rechistar, ahora que aún es pronto.

lunes, febrero 18, 2008

Algoritmos

[Publicado en la revista literaria "La Ballesta de Papel" en su número 3]


Y después de todo, parece no haber ocurrido nada. ¿Será?

Ya me arrastro entre lodos de ceniza, entre inertes muros de hojalata y umbrales que tras atravesarlos comprendo que ya es hora de vivir. Cavilo mientras mantengo candente la llama del conocimiento para comprender que estos sucesos que silban aún en mis oídos no son más que fruto de la impertinencia de la sinrazón.

—Gracias por abrirme la puerta.
—El placer es mío. Adelante. Siéntese --me dijo un señor de faz blanca como la cal mientras me mostraba un salón.
—Muy amable.
—¿Gusta del té y de dulces manjares?
—Por supuesto.
Al rato, la tetera avisó con un chirrido de que era el momento para vaciarle la panza ardiente. Colocó tres tazas en una bandeja de propaganda de refrescos --junto al paquete de azúcar apunto de terminarse y dos grandes barquillos de merengue-- para llevarlas al salón.
—¿Los aseos?
—Por ahí.
—No traje para ti porque no debes tomarlos. El azúcar ya no es bueno para ti. No me chilles. Debes aceptar tus defectos para ser más virtuosa. Él me obligó, ¿lo entiendes? Me agarró por el nudo de la corbata y me obligó. Acercó una voz que se deslizaba ronca por mis oídos. Está chiflado, míralo. Su camisa parece un mantel, sobre todo por la mancha rojiza que hay en su pecho. Me obligó a ser amable. Esto es de locos, ¿lo entiendes? No, no quiero... ¿lo entiendes? Dentro de poco vendrán —discutió mientras me ausentaba—. Sí es un timo, esto de la política es un timo. Deberían guiarse por el sentido común y no ahogarse en espesa dialéctica.
—Se acabó el papel higiénico, que tenido que limpiarme con una toalla.
—Esta es su casa, no importa, no importa. ¿Qué te dije? —cuchicheó acercándose a su esposa—. Parece cansado, ¿prefiere mejor una tilita?
—No es necesario. Me conformo con tirar esta taza al suelo.
—Iré a por la fregona —dijo pausadamente, y a la vuelva me miró con cara curiosa mientras secaba—. No intento ser impertinente, pero su camisa esta manchada... Le vendría bien un paseo por la lavadora. ¿Le gustaría que se la dejara limpia? Le prestaré una.
—Sabe, mi padre ha muerto.
—Lo siento. Le acompaño en el sentimiento —cambió su semblante.
—¿Cuánto?
—Mucho, supongo.
—¿Cómo? No conoce a mi padre, ni siquiera a mí.
—Bueno, tal vez no lo sienta tanto.
—¿Qué? Estoy destrozado. ¿Entiende? No sabe lo que significa esto para mí. Le he amenazado para que me invitase a esta merienda. Qué se comportara con naturalidad ¿Qué le pasa? Es así con todos lo que intentan abusar de cualquiera. Espabile.
—Era solo una forma d...
—No ha merecido la pena. Creía que irme al cosmos del vecino iba a servir de ayuda. Para respirar ante tantas leyes no escritas. No señora, me marcho. He dicho que me suelte. Señora, no me tire. No me muerda en la mano.
—No tenía opción, el cuchillo estaba afilado. Haz lo que te dice.
—Son los protocolos los que no me dejan vivir. No estoy gratamente sorprendido. Deseaba que no me trataseis tan cortésmente. Estoy intentado que me expulsen. Soy una visita molesta y no se les ocurre más que tratarme de buena manera. ¿Deben comportarse como está estipulado? No, esto no se hace así. Trátenme malamente —amenacé empuñando el cuchillo—. Insúltenme.
—¿Cuándo murió su padre?
—¿Qué insinúa? Esto es solo un poco de ketchup. Huela. Soy un desconocido. He venido en busca de evasión: mis problemas me asfixian. Venir aquí ha sido como una confortante copita de coñac. En esta casa no hay nada que me recuerde a lo que se me viene encima: es una nueva vida. Gracias por este segundo de placidez, me marcho. En el siguiente turno toca aguantar al psiquiatra.
—Huir no es la mejor forma de solucionar los problemas ¿Por qué?
—Porque... soy desdichado. No entiendo. No comprendo quien tiene la culpa: si yo, si los genes, si la sociedad… No quise entender que más allá de la enfermedad resiste la felicid… —dije hasta que una mano de mujer me golpeo en la oreja.
Un portazo fue la clave de mi escapada. Me fui. Pero en la puerta me estaba esperando la policía.

Y después de todo, parece no haber ocurrido nada. ¿Será?

domingo, noviembre 04, 2007

Volver a empezar

Siento. Vivo. Contemplo. Me estremezco. Recuerdo. Suspiro. Decido. Prosigo.
Nunca digas «he perdido el tiempo» porque no posees el tiempo, el tiempo solo es el escenario donde se representa esta ópera. No le reproches nada al tiempo porque nunca se paró a pensar en ti.
Desde que abandoné la montaña he vivido mil penurias: nada ha cambiado, seguimos siendo unos zombis zumbados. Año y medio después de abandonarme a la suerte con que la sociedad me introduce en ardores fríos, decidí volver a la encina. La encina de Nietzsche, quien en otra época fue virtud entre los hombres y que ahora es una proclamada mente que se pasea por cada rincón del planeta jactándose de que nunca le tomaremos en serio.
Cada día que pasaba lo recordaba más, aunque durante mi escalada desestimé la ayuda de su pico, por eso estoy recostado a la sombra del robusto árbol, acurrucado en lo ulterior de los sentimientos.
Y fue entonces cuando Dante alargó su brazo y me saludó:“Yo que rastree cielos e infiernos en busca de mi amada, te hallo aquí, gozando del olor de la hierba que con las manos pellizcas.”
“¡Qué tal! ¿Cómo va todo?”, exclamé.
“Como siempre. Hace tiempo que me estoy gangrenando por dentro”, señaló abarcandose las tripas.
“Bueno, todos esperamos que regresen nuevos tiempos para oradores, solo es cuestión de esperar”, dije con cierto tono de excepticismo.
“Je, je”.
“No, en serio”, alcé mis párpados para apelar su atención.
“Tienes razón, por eso me dirijo a ti. Tú que a veces te vistes con túnicas y alzando los brazos y la voz insuflando un poco de congruencia”, colocó su mano en mi hombro.
“No hay púlpito lo suficientemente alto para que tus consejos sean escuchados por todo aquel que los necesita”, adulé con cierta cursilería.
“Esos halagos solo conducen hacia amargas interpretaciones”.
“¿Por qué no te sientas? Aquí tumbado uno llega casi a la paradoja entre el conocimiento y la consciencia”, parpedeé lentamente.
“Me encantaría, pero he venido ha mostrarte un camino.”
“¿De qué me hablas?”
“Sí. Hay un amigo que abandonaste, el mismo que ahora te está avisando.”
“¿Dubois?”
“No exactamente. Dubois no es amigo tuyo, sino una forma de vivir, ¿recuerdas?”
“Entonces... ahora no caigo”
“Piénsalo luego más tarde. ¿Vuelves a discurrir?”

domingo, agosto 26, 2007

Un mes de estadísticas

Entre las novedades en cuanto a diseño que he realizado en este blog, una ha sido la de poner un contador de visitas. Ya véis que tras una semana el contador a penas si ha llegado a unas pocas
decenas; no obstante la web que ofrece este servicio además me proporciona información sobre desde dónde llega la gente a esta blog. Y una cosa que me ha resultado muy curiosa (y bastante) es las fórmulas que utilizan estas personas en Google para parar aquí. A continuación, una lista con todas las que se han producido hasta la fecha:

criticas acerca de la vida
versos acerca de la vida
tulpas
PORQUE MENTIR
por no mentir
movimientos azarosos
mentir
Hay veces que me pregunto cual es la locura que nos hace vivir este sueño
ENSAYO ACERCA DE LA VIDA Y EL ALMA
ENSAYO ACERCA de la vida y el alma
contar semicorcheas
ANECDOTAS DE PERSONAS QUE UTILIZARON SU INSTINTO PARA SALVAR VIDAS
discursiones
lo debi pensar antes
que es aquello que tiene vida
solucion para las alucinaciones
cuales son los movimientos azarosos
discursiones

lo debi pensar antes
mentir acerca de los demas
porque no mentir
que es aquello que tiene vida
solucion para las alucinaciones
movimientos azarosos
canciones acerca de la vida
ensayo vivir en un sueño
ensayo acerca de la vida
escrito *en el desierto no hay semaforo*
gemulación
Por qué está mal mentir?
porque los huesos son duros y rigidos
porque es importante un huerto para el homnre
organos de la risa
frases de empeño acerca de la vida
ejemplos de hechos al azar
desvirgando
compendio de la estupidez humana
acerca del campo de antes
abra vida en el infinito
SOS estudiantes andalucía
partitura y corcheas
PORQUE mentir con estadistica
acerca de la vida del mar con dibujo
FRASES ACERCA DE "YO"
FRASES ACERCA DE LA VIDA
frases acerca del minimalismo
frases que hablan acerca de la vida en sociedad
la musica es la gimnasia del alma
mi lugar facorita
notas musicales de la banda de lechuga de teclado
porque mentir
Etimologicamente Vida
ensayo acerca del espiritu de servicio
alucinaciones y el cerebro
COMO EYACULAR
como mentir con estadisticas
como realizaba el cultivo el hombre
desvirgando gratis
efecto encadenado
ejemplos de hechos de azar
ejercicios mentales para soñar
sucesos de azar hecho seguro
dibujo del pentagrama de la corchea
porque mentir
ACERCA DE 3 FRASES DE LOS QUE MADRUGA
cuantas fusas hay en dos redondas la tuba
fusas hay en dos redondas de la tuba
ordenar iconos kiba dock

Mi facorita es "Hay veces que me pregunto cual es la locura que nos hace vivir este sueño", ¿y la vuestra?

jueves, agosto 16, 2007

¿Hasta dónde se lava la cara un calvo?

Por fin tenemos los resultados de la encuesta donde se resuelve esta gran duda que aún hoy sigue enigmando al hombre. Dichos resultados son los siguientes:

-- Hasta las cejas: 28%
-- Hasta el cogote: 14%
-- Hasta que se cansan: 42%
(su cara es infinita)
-- Los calvos no tienen cara: 14%

Por tanto, la opción más votada es que los calvos se lavan la cara hasta que se cansan, ya que su cara es infinita. Al igual que otras cosas de la vida, tales como el cuento de la haba que nunca se acaba, entonces un calvo nunca puede tener toda la cara igual de limpia, y por ello habrá zonas más limpias que otras (las sucias). En síntesis: los calvos nunca tiene la cara limpia.
No obstante, me gustaría preguntarle a los que marcaron la primera opción si lo hicieron porque era la primera y no tenían ganas de leer las escasas 27 palabras de la encuesta o, en cambio, porque realmente ell@s se lavan la cara hasta las cejas o son calv@s.

Gracias a todos por participar. Pronto podréis votar en la siguiente encuesta.

lunes, agosto 13, 2007

Nuevo favicon

Este blog cuenta con un nuevo favicon, el cual a sido realizado con el Gimp. Aquí lo tenéis:


Representa las dos letras iniciales de los dos sustantivos que conforman el título de este blog, o sea, discursiones y vida. Dos letras que son senderos que se cruzan y que a su vez forman senderos muy intrincados y sinuosos. Y más o menos discurrir significa eso, caminar, vagar por los caminos, acompañados por la vida (simbolizada por el amarillo, como decía Kandinsky). que abarca todo nuestro andar.
Cuando los servidores de fileden.com quieran, sustituiré el favicon antiguo (el de Camarón) por este.

viernes, agosto 03, 2007

Unos aforismos para empezar, nunca vienen mal

Un papel en blanco: no hay letras si no hay nadie que las lea, no hay sentimientos si no hay nadie que lo sienta. (En uno de mis legajos)

La felicidad no es un camino, sino una forma de andar. (Despedida de Alvarito en el Paseíllo)

Y sobre la escalera un enano calza zancas rojas para poder alcanzar un poco de intimidad. (Conversación con Show)

miércoles, agosto 01, 2007

Aquello que debí contar antes de la primera narración en que se contaba lo acaecido en la banda con la corchea


Powered By Blogger
A Rafa Palote y Nazaret, culpables por distintos motivos, aunque necesarios.

Con objeto de la gran aceptación que tuvo el relato sobre la corchea que desarropa a cualquier mente del cobijo de su coherencia, me he visto obligado a advertir a todo aquel que disfrutó de aquella; ya que, tras su apariencia inofensiva, se esconde una intención más bien oscura de la cual nadie escapa. Quizá piense que esto es una soberana necedad, que más que escritor soy cuentista, pero existen muchas evidencias que revelan que nuestra figura tiene más presencia en nuestra vida de la que debería tener por azar, por lo que hay fuerzas que hacen esto posible al desbaratar el equilibrio.
Y para empezar el recorrido, no salgo del sistema operativo que estoy utilizando para virar a inteligibles mis ideas. Ahí está abro una capeta con llena de mp3's y cada archivo aparece representado por dos corcheas unidas por un palito. Intento cambiar la extensión, pero no puedo engañar a Ubuntu; parece que estos archivos tienen ya un destino predeterminado... ¡para siempre! Mas cuando desisto en mi pretensión de eliminar esas sonrisas volteadas, regias y de amplios carrillos; no logro completar la maniobra del doble clic, pues al situar el puntero sobre el icono aparece (¡otra vez no!) un gracioso bocadillo que no es tal porque en su interior a parece una corchea que me sonríe a modo de guadaña (y con el miedo que dan estos artilugios). Hay ejemplos en el resto de plataformas, pero por ser estas irrelevantes, no los voy a mencionar.
Citando casos que corren por otros cauces, no se me puede relajar la memoria (¡pobre de mí si mis principios no son mis paradigmas!) cuando tengo que discursear sobre el mejor movimiento de la obra más gloriosa que por su autor está firmada, que no es otra cosa sino el Musette del Quatuor pour quatre clarinettes de Pierre-Max Dubois. Y yo pregunto: ¿alguien acertaría a decir por qué su melodía principal está formada por tantas corcheas y por qué razón está acompañada de una armonía de corcheas y sus silencios si no fuera porque hay intereses ocultos en todo esto?
No creo en lo aleatorio si entre mis orejas retumba una evidencia en contra, pero quizá en las vuestras ni el más notable de los compositores ni el más loable entre los sistemas operativos os hayan conducido hacia comprender la verdad. Por esto he escogido otro hecho igual de clarificador sobre el cual ya he dado alguna pista. Ciertamente, son muchos los objetos que tienen forma de notas musicales: un balón es a una redonda, lo que un cazo a una negra (aunque no quiero ni pensar qué sería si tuviera un garfio de asa); y para los extravagantes la cuadrada se asemeja muy mucho a la ventana de mi habitación. Pero qué tendrá una corchea --palabra que proviene del francés crochet (ganchillo) en honor a su plica o rabillo-- que es látigo para domar, arco parar flechar (con diversas intenciones), hoz para el labrador, hamaca para dormitar, pluma de hornos exuberantes para dibujar estos libres versos...
No obstante, la corchea no está sola, le acompaña un séquito de figuras de aspecto similar cuyo rango jerárquico se representa (como si de un ejército se tratase) por el número de plicas que las componen; dos, tres o cuatro para formar semicorcheas, fusas y semifusas, respectivamente. Parece extraño, pero me da la impresión de que esta familia ha sido curtida y perfeccionada por selección natural y entre sus componentes hay una organización social muy fuerte ¿con qué propósitos? Esto sobrepasa mis posibilidades como ilustrador, pues tengo miedo de que alguna de estas notas esté ahora mismo conspirando contra mí por estar descifrando esta certeza.

No más quiero pensar cómo vuestras mentes repudian y detestan esta mi teoría --quizá por infantil y fantasiosa--, es cierto, pero ¿no podría ser posible que estuvieran también sugestionadas por un poder implacable e invisible? A pesar de todo esto tampoco lo justifica porque, del mismo modo que os ocurriría a ustedes, me debería de ocurrir a mí; porque aún tengo tanto seso como ustedes y nuestra naturaleza nos impide (por el momento) estar hechos de otra cosa que no sean células que forman tejidos que forman órganos. Es decir, si posibilidad de que yo sea una corchea está (por el momento) repudiada, ¡cómo diantres he podido llegar a caer en la cuenta de que todo este montaje es posible y está ocurriendo! Pues de la forma ¿más inesperada?, sí del sueño, pues es durante el sueño cuando los sentidos se ofuscan y solo nos queda la mente sin más ornamento que el de la experiencia.
Ocurrióme que durante la noche, todo discurría plácidamente hasta que de repente una silueta se deshizo de las personas que a la luz de la Luna debían en esa ocasión terminar con mi vida. Se apoyaba en un pie que era a la vez cabeza, como cabeza tenía un pie puntiagudo del que colgaba un grueso pelo largo y rígido atado --por algo similar al hilo invisible-- a su cintura ultrafina. Botaba y rebotaba como pelota de goma (o icono de la Kiba-dock) por los seis planos, decorados en damero que se deformaban a su paso y que me encerraban, describiendo así caprichosas trayectorias como si se hubiera escapado del mundo que se evoca en el Musette. Izquierda arriba, abajo centro, aplasta cadáveres, detrás abajo-arriba, se para, me mira, ahora, entonces, quizá, más tarde, me miente, disimula...; y mientras tanto, yo también me mareaba no por sus movimientos errantes, sino por sus risas maquiavélicas que reberveraban por doquier en ese estrecho cubículo. Para mayor desdicha en ocasiones pasaba desapercibida por entre los cuadros claros y oscuros del escenario para aparecer junto a mí de un color amarillo chillón que luego era morado para virar a un naranja acanelado que sin más se hacía del color de muchas llamas grises... Mas en cada vez que tocaba una de las paredes, se producían sonidos de diversa índole que todos juntos formaban algo parecido a un ruido: agudo como a violín descacharrado, grave a tuba empapada, destrozacristales almizclados...
Todo ello fue tan contundente que no pude resistirme a desfallecer momentáneamente. Al volver a mí la mirada, la corchea utilizaba mi estómago a modo de cama elástica: saltaba y hacía piruetas cayendo cada vez con más fuerza y perseverancia. Entonces, miré su contorsionable cuerpo y me miró y, como su cabeza --que ahora golpeaba un tórax-- no hacía ademán de cambiar de pauta, para librarme de tal castigo sólo se me ocurrió darle un puntapié en donde pudiera y así hice, con tal desdichada fortuna que fue a tropezar y rebotar contra mi nariz, aprovechando la ocasión para volver a recrearse con otra nueva filigrana; aunque esta vez se quedó quietecita, suspendida en el aire.
Mientras tanto, me levanté y dije intentando liberarme de la pesadez que me administraba y saber muy bien de dónde procedía: ---¿Qué eres? Porque a una corchea te asemejas, y no creo que en la música haya tanta malicia como tú tienes ---respiré hondo y por un breve impasse sus ojos desorbitados y los míos intercambiaron sendas miradas, pasado dicho tiempo comenzó a reír desquiciada y volvió a dañarme con su danza circundante---. Si no respondes tal vez tengas miedo a responder ---dije, aunque no respondió con otra cosa que no fueran saltos y alaridos---.
«Desearía tener una puerta para salir y dejar a este engendro a su aire», pensé dentro de mis pensamientos antes de perder la cordura por unos instantes. Más tarde grité con una sonrisilla en los labios: ---¡Parece que ya no saltas con tanta felicidad! ---y de súbito paró--- ¡Tengo razón, ¿no es así?!
---Puede ---dijo, y volvió a reír y botar.
(Cómo se nota que esto es un sueño, pues de otra forma la probabilidad de que siguiera botando tanto tiempo sin tropezar sería minúscula.)
Cada vez que se acercaba a mí, y me sentía libre del influjo narcotizante del dibujo, intentaba colocarle una zanca para provocar lo imposible, pero a tal osadía me respondía con unos cómicos saltitos rojos como mi cara. Habría, entonces, que seguir utilizando la dialéctica para descubrir qué era lo que verdaderamente escondía; como respuesta a este pensamiento coloqué las manos arqueadas alrededor de la boca y dije sin acertar a pensar qué ocurría: ---Ni tú conoces misma apariencia tuya, algo más hay allá ---dije---. Dime vienes de dónde ---alcé más la voz al constatar que esto no le afectaba visiblemente---. Ruborizando estás te ---fingí (aunque no sabría entenderme); volvióse azul mar por más tiempo del necesario para cambiar---. Detente, sabré escucharte ---esto parece que suena mejor.
Y se paró de súbito en esta ocasión sí que se detuvo un momento y mi sosiego mental medró progresiva y notablemente: ---Tienes mucha razón ---respiró hondo para que su cintura se hinchara levemente---, no es fácil ser una corchea cuando te utilizan para cosas tan atroces como para aquello que muchos llaman “refreguetón”. Nadie nos respeta hoy día. Antes era distinto: antes ocupaba el lugar que me correspondía. Representaba muchas obras clásicas, un poco de jazz, minimalismo, flamenco,... La música es para la intimidad y para ser compartida. Ahora solo retumbamos monótonas, fabricadas por eléctricos instrumentos de tortura sonora destinados a las masas. No me gusta colarme por entre oídos cerrados, una sale impregnada de cera, ¿sabes? No es nada agradable tener que vagar perdida y desconcertada por los movimientos azarosos de otras notas musicales rechinantes.
---No crees que estás siendo muy... irrespetuosa e inconsecuente.
---¡Calla niñato! ¡Acaso sabes tú más sobre la naturaleza de la música que uno de sus componentes! Los sones no sirven para desvirtuar al hombre; los sones salen de unas almas y van a parar a otras (como en el resto de manifestaciones artísticas). De esta forma el que las recibe se enriquece del que las emite.
---Pero qué es el alma, que si no es materia, para qué hablar de ella ---pregunté con un tonillo sabiondo.
---El alma no es una cosa, sino que es una capacidad; por lo queeee... ---y su sonido respingón coloreado de tonos precipitados se perdió para luego regresar, tras un golpear seco de mi brazo...
Unas piruetas después se encaró a mí y me burlé: ---Solo era para comprobar que los conceptos están hechos de materia.
---Bueno ---se pausó para retomar el equilibrio sobre su redondo pedestal--- no es así del todo: la gran mayoría de los conceptos que manejan los seres humanos tienen que soportarse bajo algo sólido y tocante para poder ser entendidos.
---¿Entonces?
---Entonces ---prosiguió molesta--- el alma se apoya principalmente en el cerebro y especialmente en su zona frontal. ¡Y, sí, existe; aunque se arrastren por ahí escolopendras en busca de una fuente sobre la que caer muertas! No se ve, por su puesto, pero acaso uno ve, por ejemplo, la capacidad de caer. No digo la caída, sino la capacidad que tiene uno de caerse, de lo cual solo podemos tener evidencias indirectas: uno tiene más capacidad de caerse si, en vez de sentado, está de pie --ya que su centro de gravedad está más alto y su superficie de equilibrio es menor.
---Mmmm... Esto es un poco... rebuscadillo, ¿no crees?
---Espera que termine ---volvió a colorearse azul mar---. El espíritu es la capacidad que todo ser vivo tiene para responder a determinados estímulos. Y el hombre, porque sus avatares evolutivos lo han llevado hasta aquí, muestra una capacidad de abstracción inusitada en el resto de la naturaleza, lo que le permite abordar la información que recibe de un modo abstracto, y así es cómo se produce el sentimiento.
---Por tanto, la música sería la manifestación sensible del sentimiento.
---Sí, por eso estoy tan confusa hoy día, no porque no se esté creando mucha y buena música, sino porque la que se escucha apela tan poco al conocimiento de uno mismo a través de los demás por su escaso significado que parece de hojalata. De esta manera, la probabilidad de que aparezca siendo partícipe de este acervo de despropósitos es muy alta, de hecho, prácticamente solo sueno de esta forma. Estoy, poco a poco, perdiendo la capacidad de transmitir, pues la música la hacen personas y personas persuadidas y condicionadas por el devenir de los tiempos hacen música muy hipócrita. Estamos perdiendo la esencia de lo crucial, nos estamos volviendo locas. Odi..., quiero decir, respeto, pero no comparto.
---Tienes mucha razón, estoy ya cansado de tanto caco y tanto farsante, ¿qué quieres decir que por eso te has vuelto loca?
---Bueno, sí, pero no la gente no es el desencadenante último. Ha mucho tiempo que todo es tergiversado de manera tremebunda, nada se escapa de los asfixiantes tentáculos de la economía. Este ecosistema ya no es un superorganismo que camina hacia adelante, ahora es una piedra que es arrojada por cinco ó seis mequetrefes a su suerte --- dijo. Paró de hablar como si aquello fuera el punto y final de un gran volumen. Comenzó a saltar con más violencia.
---Entonces, por eso me vuelvo no capaz soy pensamiento ordenar ---volví a ofuscarme---. Pares para quiero con mis ojos quiero.
Perdí la consciencia, hasta el día siguiente, pues aquella corchea vagabunda inundó mi mente de una espesa sensación de imbecilidad e inutilidad, pues un hombre sin cabeza, ni es hombre ni sobrevive; menos mal que solo duró unas horas. Me levanté, aún así un poco atolondrado y resacoso: confundir la sal con el azúcar fue lo menos gracioso que me acaeció, y querer saltar por la ventana para levantar el vuelo, lo más absurdo. No obstante, comprendí mucho sobre otros hechos que pasaron con anterioridad delante mía; que otro día comentaré.

Y tras toda esta insufrible discursión, a uno se le ha olvidado lo que al principio se digo y es incapaz de extraer ninguna conclusión. Pero como es de buen escritor hacer plácida la lectura les diré que conocemos por qué lo que muchos se empeñan en llamar música no es más que un incesante bochorno para el cerebro; que es causa última del empeño que tienen las corcheas desnaturalizadas cual prion para influir al hombre y quedar plasmadas en algo que distinto a la música. Esto es el barullo definitivo.

**********
Nota al lector: Esta historia no termina aquí, porque puede ser que en tu mente se cuelen más corcheas. Es solo cuestión de tiempo.
**********
Nota al lector número dos: Esto solo continuará con tu apoyo.

 

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
.